Esta es la historia de Simon y Aleksandra escrita por Simon. Él es tan amable de compartirlo con nosotros ahora.
Nos conocimos antes de que comenzara la terrible guerra en Ucrania. Comenzamos escribiendo mensajes antes de convertirnos en socios de chat. Charlábamos todos los días en el chat y teníamos muchas ganas de conocernos mejor.
Por lo tanto, viajé a Kharkiv para encontrarme con ella. Según lo acordado, ella estaba allí esperándome. Después de una breve presentación inicial, nos dirigimos juntos al hotel de Gaulle donde, después de registrarnos, comimos algo. Luego nos dirigimos a nuestra habitación donde esperaba dos camas individuales, pero donde solo había una cama doble. Como corresponde a un caballero, dormí en el sofá esa noche. Puedes imaginar que no pude dormir mucho con eso, pero tienes que estar dispuesto a hacerlo. Durante los siguientes días nos fuimos conociendo más a fondo y por suerte hubo un buen click entre nosotros. Hablaba bastante bien inglés y resultó que era posible comunicarse bien entre sí, lo cual es necesario para acercarnos más ... literalmente porque después de un día me permitieron acostarme con ella, si tan solo dormir. Aparentemente, ella sintió un poco de lástima por mí después de todo... pero bueno.
Porque ella tenía que trabajar durante la semana, regresó en autobús el domingo por la noche a Poltava, donde vive y trabaja, y yo me quedé en el hotel para pasar el resto de la semana solo. Eso no fue fácil, pero afortunadamente el clima estuvo bueno y pude caminar y visitar los mercados en Kharkiv. Y por la noche podía charlar con ella. Una vez que era viernes por la noche y la vi venir de nuevo, el reencuentro fue cordial y espontáneo. El fin de semana que siguió fue inolvidable para nosotros dos y cuando tuvo que despedirse de nuevo el domingo por la noche, estuvo acompañado de lágrimas. Volé de regreso muy temprano el lunes por la mañana.
Desde entonces teníamos contacto diario y había planes para organizar una visita de regreso para que pudiéramos profundizar nuestra relación. Unos meses más tarde vino a visitarme a mi casa durante unos nueve días, que por supuesto pasaron volando. Desafortunadamente, ella no tuvo más tiempo libre.
Esperamos, por supuesto, que finalmente podamos unirnos para vivir juntos, pero aún se deben dar varios pasos para lograrlo y, por supuesto, las circunstancias también deben contribuir. Esta es la última situación de nuestra historia de amor.
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